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QUEMANDO ETAPAS:ETAPA ZERO

martes, 27 de octubre de 2009

Normas de seguridad en Montaña.

  • No excederse al elegir el nivel físico o técnico del recorrido.

  • Prever descansos y reaprovisionamiento de agua. El lugar debe ser seguro en cuanto ante potenciales peligros naturales protegido (derrumbes, avalanchas, etc.), protegidos de las inclemencias del tiempo: del sol en verano, y del viento en invierno (o según las condiciones meteorológicas imperantes) y no ser paradas demasiado largas para evitar "enfriamientos" (musculares) excesivos, y que no cueste luego retomar la actividad.La necesidad de más o menos agua de nuestro organismo se determina en función del esfuerzo a realizar, y del clima: a mayor esfuerzo física, e igualmente, a mayor calor, o mayor viento, mayor será la deshidratación sufrida.








  • Llevar medios de comunicación y orientación: Si vamos solos, cosa que debería ser excepcional (sobre todo cuanto más inhóspita, desconocida o peligrosa sea la zona) debemos aplicar el sentido común, y no movilizar todo operativo de rescate simplemente porque tomamos la bifurcación incorrecta de un camino que, igualmente, nos llevará hasta un pueblo o ciudad cercana (aunque no sea al que pretendíamos llegar. El más imprescindible es el mapa, ya que además es más seguro (no se puede quedar sin pilas, como el Gps o una brújula digital, por ejemplo), y conviene llevarlo en una funda de plástico para evitar que eventualmente se moje. 

  •  Llevar un botiquín de primeros auxilios:

  • Hidratarse y comer adecuadamente, antes y durante el esfuerzo físico, en forma de hidratos de carbono (glucosa o azúcar), ya sea una barrita energética, frutas desecadas o algo parecido. Si alguna persona sufre una recaída por agotamiento físico, comer azúcar la "reavivará" por al menos 20 minutos, quizás lo necesario para que siga moviéndose por sus propios medios hasta llegar a destino, donde pueda descansar y comer mejor. Agua, 120 ml cada 20 minutos.

  • Las uñas de los pies deben estar cortadas para evitar lesiones. Llevar por lo menos un cortaúñas o alicate, ya que aunque las uñas de las manos suelen crecer poco si se realizan tareas de campamento básica (manejo de fuego, recogida de leña, cocina, lavado de utensilios de cocina, etc.) las de los pies no corren la misma suerte: aunque se camine mucho, suelen crecer a un ritmo normal.

  • No caminar de cara a la pendiente: ni en línea recta. En caso de caminar por terreno inclinado durante una bajada, debe descenderse de costado o de lado, en zig-zag. De esta forma el descenso no sólo será más simple, sino que evitaremos una probable lesión más grave en caso de caída. esta postura posibilita un mejor control del peso flexionando la pierna del lado de la montaña, y dejando más extendiendo algo más la del lado de la ladera. Adicionalmente, al tropezar o caer accidentalmente, si estamos de costado los efectos serán más suaves que si estamos bajando de frente a la pendiente, ya que en ese caso caeremos de cara, rodando cuenta abajo con pocas posibilidades de frenar (salvo quizás aplicando maniobras de autodetención sobre superficies nevadas ayudados de un piolet).
    Si estamos de costado, en cambio, ante una caída el deslizamiento será menor y el golpe menos brusco al impactar sólo por un costado y no de frente. El caminar en zig-zag, además, hace que el descenso sea natural (se camina de frente, surcando diagonales alternativas respecto de la bajada) y más contenido.
    Estas mismas recomendaciones se aplican en general también a las subidas. Porque el subir en zig-zag o haciendo diagonales, además de ser más seguro, es menos cansador y por lo tanto eficiente a largo plazo en montañismo y alpinismo.

  •  No bajar corriendo:
    Bajar corriendo una pendiente montañosa es un riesgo que sólo debemos correr en caso de extrema urgencia, por ejemplo, si hay que avisar de un accidente grave donde debe atenderse a personas heridas  o si tenemos que escapar de un alud o avalancha inminente. Es decir, en casos de fuerza mayor o de vida o muerte.
    Bajar corriendo una pendiente cuando la situación no apremia, aunque exista senda o caminos, puede ser en otras circunstancias muy peligroso. Si no hay camino o senda marcada, y es un terreno montañoso accidentado con piedras, rocas, nieve o hielo, es poco menos que un suicidio.
    Para los que creen que bajar corriendo es divertido...les damos la razón: sí, lo es. La cuestión es ¿estás dispuesto a cambiar un momento de diversión por una pierna, quedarte paralítico o directamente morir en el intento?




    •  Tomar precauciones al cambiar de terreno y desnivel: Cuando cambiamos de terreno (de piedra a nieve, de tierra a piedra o terreno mixto, etc. etc.), muchas veces habrá que cambiar tanto la forma de andar como el equipo o los ajustes en el material que llevemos (botas, bastones, crampones, etc.) de caminar por la nieve a caminar por la roca, es conveniente sacudirse la nieve de las suelas de las botas, o de los crampones (si los tenemos puestos) para, cuando empecemos a caminar por terreno más duro, evitar patinar o resbalar debido a la nieve (o el agua que se forme al derretirse esta). Lo mismo se aplica a terrenos con barro, hielo o aguanieve. 


    Cuando empecemos una bajada o un camino donde predominen los desniveles descendentes (tras una ascensión a una montaña, en un recorrido de senderismo, etc.) es recomendable ajustarse mejor las botas, para evitar en la medida de lo posible que nuestros dedos "choquen" contra la puntera, con las consecuentes ampollas o dolor que nos hará más incómoda los descensos. Si usamos bastones de senderismo o trekking telescópicos (sean uno o dos), será el momento para ajustarlos dándole más diámetro que en la subida (así podremos mantener el cuerpo más erguido durante la bajada), y apretando bien las fijaciones para evitar desagradables accidentes.
    En cuanto a la forma de marcha, en descensos nunca caminaremos "de cara a la pendiente" (ver una explicación al respecto acá). En terrenos con nieve blanda o grava floja, sin embargo, podremos hacerlo si sabemos caminar clavando los talones antes que las puntas, generando escalones con cada pisada, manteniendo así el cuerpo perpendicular al eje que pasa por nuestro centro de gravedad, es decir, un buen equilibrio.



    Mochila: 
    Todo el sistema de correaje de una mochila tiende a aflojarse con el uso y sobre todo, cuando se lo manipula directamente.
    Las correas y cierres de las mochilas son importantes, pero el hecho de armar correctamente las mochilas, y una adecuada preparación de las mismas antes de iniciar la caminata son fundamentales. No hay nada que reemplace a una mochila bien armada, por más que las correas se revisen frecuentemente, y por más que se hagan todas las paradas necesarias para descansar.
    Hay varios aspectos acerca de los cuales hay que prestar particular atención:


    1.  No se debe llevar nada suelto por fuera de la mochila.  Se sueltan, se caen y se pierde. Ni siquiera el piolet debe estar suelto. 

    2. No hay que abrir las mochilas durante la travesía a no ser que sea necesario. Más manipulación, más posibilidades de que algo se extravie.

    3. Es mejor revisar todo antes de partir que después. 

    4. Los fallos de equipo más tontos ocurren rápidamente después de partir. Y pueden significar una diferente entre sobrevivir o quedarte ahí.

    5.  El agua influye de manera significativa sobre los bultos." Cuanto más agua, más peso.




    Mosquetones: subir cosas en cuestas empinadas. Comprarlos con seguro a rosca.
    El calzado del estado de los pies depende mucho el estado de ánimo de una persona, y también sus posibilidades de desplazarse, trabajar, y en situaciones de emergencia, de sobrevivir.
    Si uno no puede caminar, o si no puede hacerlo con la velocidad suficiente, no podrá escapar de sus enemigos y no podrá siquiera ir al baño. Las botas no deben humedecerse, puesto que entonces resultan mucho más difíciles de quitarlas y ponerlas. Si permanecen húmedas, empezarán a aparecer hongos en el cuero y además este se resecará, deformando el calzado y tornándolo incómodo. En caso de las botas se humedezcan durante la marcha, habrá que secarlas de forma adecuada.
    Otro de los cuidados que hay que prestarles consiste en engrasar el cuero con frecuencia. Para ello habrá que usar grasa animal, preferentemente caliente o derretida al fuego. El objeto de este proceso consiste en humectar el cuero para que no se torne quebradizo, y para que mantenga su homogeneidad general.
    Llevar cordones de repuesto.
    El piolet hay que colocarlo en la parte trasera de la mochila y de forma tal que no rote, de forma que tanto el pico como la pala se encuentren bien apoyados sobre el bulto principal de dicha mochila.
    Cuando se emplee una piqueta como bastón, es preferible que el pico se lleve siempre hacia atrás, puesto que por la forma en la que la mano que le transporta rotaría generalmente en caso de caída, si se llevara el pico hacia delante, es muy probable que el usuario se lo clavaría en el cuerpo.
    Nunca hay que gesticular con un piolet en la mano, ni hay que revolotearlos con libertad. Son muy livianos y más de una persona puede tentarse y jugar con ellos, pero deben tratarse con el mismo cuidado que un arma. Con las armas no se juega, y en consecuencia, con los piolets tampoco.
    Llevar caramelos.
    Por cada hora de camino, 10 minutos de descanso.




    -         "No avisar a terceros de nuestras intenciones relacionadas con una montaña, un paraje desconocido, etc. puede resultar en un problema serio, pues si nos sucede algo, no habrá nadie que nos pueda hallar rápidamente o que nos pueda hallar aún después de muertos."







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